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Capítulo 05.

Jimin llega a casa y el primero en salir por él es su hermano.

—Hola, cariño, ¿cómo estás?

—Bien, ya estás en casa, ¿cómo te fue en el turno, salvaste muchas vidas? —pregunta emocionado.

—Fue tranquilo, gracias por preguntar. Y recuerda que esto es un trabajo de equipo, gracias a la luna todo estuvo bien.

—Bien.

—¿Y las chicas?

—Daebin fue temprano para abrir el café, nos dejó desayuno, pero de nuevo está muy feo, intenté hacer algo, pero no hay servicio en la estufa —habla con pena, odiaba ser portador de las malas noticias.

—No te preocupes, yo me encargo, ¿sí? ¿Y Daesun? —pregunta y Jimin nota el nerviosismo de su pequeño hermano—. ¿Minsuk?

—Ella se marchó después de Daebin, un chico pasó a buscarla en una moto.

Jimin bufa y niega decepcionado —No puede ser...

—Intenté detenerla, ella se burló de mí y me empujó.

—¿Te hizo daño? —pregunta intentando inspeccionarlo. El pequeño alfa se levanta un poco el pantalón y le muestra su rodilla lastimada. Sus ojos se llenan de agua y hace un puchero.

—Lo siento Jimin, soy un mal alfa, todos tienen razón...

—No, no digas eso, no te preocupes.

—Yo sé que no soy un buen alfa, perdóname porque no puedo ayudarte, yo lo intento, pero no puedo...

—Basta, deja de decir esas cosas —Jimin lo toma en sus brazos y lo mece, Minsuk era algo pequeño, delicado y siempre en búsqueda de afecto.

Justo el olor amargo a menta llega a ellos, la puerta de casa se abre, la gran figura de su padre aparece. Por el aroma, Jimin sabe que ese encuentro no marchará nada bien.

—¿Otra vez estás llorando, omeguita? —espeta con enojo al ver al pequeño alfa en brazos de Jimin, el sonido de la puerta cerrarse hace que Minsuk se acurruque más.

—No le hables así —Jimin se pone de pie y pasa al alfa detrás de él.

—Tú no me ordenas que hacer, deja de hacer más inútil a ese remedo de alfa...

—Basta, deja de tratarlo así —el aroma del omega se dispersa, su mandíbula duele de la presión que ejerce, se siente sumamente enojado. Intenta salir, pero Dongyun lo toma del brazo con fuerza.

—Eres un omega, mi hijo, no puedes decir que puedo o no hacer.

—No te diré que hacer, pero déjame sugerirte que tomes un baño y te pido dejes a Minsuk en paz —su voz es fría.

El alfa alza la mano y le propina una bofetada, su mejilla se torna roja. Todo queda en silencio. Con un dolor punzante, Jimin levanta el rostro para encontrarse con el de su padre, ya no es capaz de llorar. Le observa con seriedad buscando en su mirada a quien un día fue su padre, pero ese hombre ya no está más.

Dongyun parece sorprendido de su propia reacción, traga fuerte y baja la mano con ojos cristalizados —Yo...

Minsuk sale de atrás casi temblando, el ojiverde nota su pijama mojada a causa del miedo y empuja al alfa —¡No toques a Jimin, si quieres pégame a mí, pero no a él nunca más! —dice entre gritos, su actitud sorprende a su padre.

Dongyun observa al omega —Deberías largarte de aquí de una vez por todas —su semblante de inmediato se vuelve duro, escupe al piso—. Haces que todo se vuelva complicado, por tu culpa él es así —habla bajo y se retira otra vez.

Minsuk se queda frente a Jimin intentando protegerlo, empieza a llorar y temblar, observa sus pantalones y se avergüenza. Su hermano intenta acercarse y eso provoca que salga corriendo a su habitación.

—Diablos... —Jimin camina en búsqueda de su pequeño hermano. Esta no es la primera vez que su padre lo echa de casa, lo hace cada que puede, por lo menos cuando era más joven tenía un techo, en un par de ocasiones tuvo que dormir dentro de aquella vieja casa de árbol donde en un tiempo muy atrás fue feliz.

Si él seguía en ese lugar era por sus hermanos, sabiendo un poco de las leyes, era imposible que el sistema otorgara el completo cuidado de Daebin, Daesun y Minsuk al ser un omega sin pareja.

Podrían suceder cosas como el que le impidan verlos o incluso podría ser llevado a la cárcel por rapto, todo el sistema era siempre a favor de los alfas fuera cual fuera la circunstancia.

En un par de ocasiones intentó y estuvo una semana viviendo en un albergue, tuvo tanto miedo de que su padre cumpliera con aquella promesa de llevárselos lejos y no podría con eso. Ellos eran todo lo que tenía.

Jimin llega frente a la habitación de su hermano y escucha la regadera correr. Deja caer su rostro en la puerta para tragarse el llanto.

Su omega se siente débil y sensible, hay un llamado doloroso y lastimero que proviene de su pecho, su instinto busca a su alfa. Lo llama, necesita estar junto a él y verificar que se encuentra bien.

Jungkook...

Tenía mucha pena llamar y saber cómo se encontraba, el salir de la clínica fue un poco doloroso, sin embargo, necesitaba llegar a casa y verificar que sus hermanos estuvieran bien.

Se apresura a llamar a Daesun, suena apagado, así que busca el número de Daebin y de inmediato responde.

No te enfades, ¿sí? Necesito algunas cosas en la escuela y haré mi tarea en tiempo libre, te dejé el desayuno preparado, siento no estar en casa.

—Daebin...

Ya sé, no te gusta, pero lo necesitamos Jimin. La mañana va tranquila, prometo cumplir con mis obligaciones y deberes, hermano, perdóname.

—Cielo, yo sé que sí, perdóname tú, lo siento yo...

Detente, no sigas, no lo hagas Jimin. Haces mucho por nosotros, sabes que estamos en deuda contigo de por vida, ¿no?

—No digas eso, sabes que los amo.

Y nosotros a ti, eres todo para nosotros mejor que mamá y papá.

Jimin suspira —¿Sabes de Daesun? No me responde.

Si, se marchó con uno de nuestros compañeros, te juro que he intentado hablar con ella que piense un poco, pero es como una mula testaruda.

—Debes tenerle paciencia, no es culpa de nadie, ella está enojada con la vida.

Pues será mejor que pronto se le pase el berrinche que tiene, mira yo entiendo, de verdad que sí, pero ella está tomando actitudes que no son lógicas, tenemos todo lo necesario, Jimin y ella solo piensa en tonterías, es grosera contigo, se niega a ir a terapia, solo quiere estar de fiesta.

—Prometo estar más pendiente, no te preocupes.

Mmmnh, debo dejarte Minnie, tengo clientes, te veo por la tarde —termina y cuelga, Jimin camina a su habitación y se empieza a despojar de su uniforme. Un leve rastro del aroma a café del alfa está en sus prendas.

Tiene un poco e impresión el cómo su omega se emociona y preocupa por ese lindo alfa, además el que le diga que su aroma le gustaba fue simplemente demasiado para él. Con tanto en la vida nunca tuvo la oportunidad de sentir así de lindo, de sentirse apreciado o admirado de esta forma.

Después de poner su ropa a lavar va con Minsuk de nuevo y lo encuentra con el cabello mojado, se acerca para abrazarlo y ambos van a la cocina. Hacen algo de jugo aunque Jimin no es capaz de ingerir algo a causa de la preocupación por Daesun.

Al fin puede contactarla y lo que ella hace es pedirle que la deje en paz y que llegará por la tarde. Jimin intenta decirle algo más, pero ella corta.

Gracias a lo ansioso que se encontraba va en búsqueda de aquel bote con café que Taehyung le obsequió intentando encontrar un poco de calma; sin embargo, no lo logra.

Por primera vez siente extraño el sabor, deja la taza en la encimera.

Refriega su rostro. Necesita algo de café, él únicamente deseaba sentir el café puro, el natural. El que es natural y el proceso de elaboración es realizado con delicadeza, así como aquel viejo café que cerró hace mucho. Jimin estaba a punto de comprender que aquel recipiente en sus manos ya no sería su preferido, pues su omega había reclamado su marca personal.

Aquel café que huele a cielo recién molido, como casa. Así como Jungkook.

—¿Qué te pasa? —la voz de Minsuk lo trae de vuelta—. ¿Te preocupa alguno de tus pacientes?

El omega niega —Perdona, si algo así.

—¿Qué le sucede? —pregunta con interés y Jimin sonríe al ver sus grandes ojos miel.

—Bueno... es algo complicado —termina por responder sintiéndose avergonzado por el rubor en sus mejillas.

—No te preocupes, Jimin, tú eres un gran enfermero, pronto lo ayudarás a sanar.

—Eres muy amable, cielo. Eso espero —se acerca para darle un pequeño beso en la frente.

—¿Es un anciano?

—No —Jimin intenta no sonreír.

—Entonces ese alfa...

Jimin frunce el ceño e interrumpe —Espera... ¿cómo sabes que es un alfa?

Minsuk se pone algo rojo, con timidez toma la mano de su hermano y lo guía a su habitación, le pide que espere mientras él busca algo que tiene bien guardado. De su armario toma un sudadero. Jimin se sorprende al no reconocer la prenda y al percibir las notas de un suave aroma a mandarinas.

Jimin no sabe qué decir, así que espera a que su hermano hable.

Minsuk suspira —Me lo obsequió un compañero, su olor es lindo, me relaja mucho. Nadie sabe sobre esto, pero con él me siento seguro, su olor es muy cítrico, aún así, cuando su aroma está en mí su olor se siente diferente, algo así como tú.

Jimin parpadea y se da cuenta a lo que se refiere su hermano. Minsuk habla de cuando un alfa marca con cierto afecto especial a su pareja. Es algo posesivo, para darle protección y calma.

El omega carraspea un poco —Eso fue lindo de su parte.

—Lo fue, Jongsuk es muy bueno, es un alfa. Él me defiende y cuando lloraba me consolaba, me regaló un poco de chocolate que su padre me mandó. En una ocasión tuvo problemas por mi causa, le tumbó un diente a un compañero. Citaron a sus padres, ambos son alfas y ellos nos ayudaron.

Jimin se siente mal y un poco asustado —¿Minsuk por qué no dijiste nada? Cariño debes confiar en mi yo estoy para ayudarte.

—Yo lo sé, pero no quería preocuparte, ya haces mucho por mí y las chicas y desde que Jong está junto a mí nadie me molesta. Sus padres son muy buenos, ellos me traen cada día al salir cuando tú no estás. Mi corazón dice que puedo confiar en ellos. No siento miedo. Además, podrías conocerlos, me lo han pedido para saber si estás de acuerdo. Pidieron hablar con papá, pero les dije que tú eras como mamá y papá juntos.

Jimin se queda sin palabras por algunos momentos y suspira sin saber qué decir. Minsuk toma la palabra al notarlo tan preocupado —Ellos son muy lindos Jimin.

—No me cabe duda cielo, pero tenemos que comprender que puede ser que tenga un poco de miedo y desconfianza. No me perdonaría si te sucede algo. Me agrada que tengas un amigo. Conversaré con ellos, pero la próxima vez habla conmigo antes, ¿está bien? Vive tus etapas, empieza con una amistad.

—Bien, tengo claro y presente todas nuestras charlas. Ellos hablaron con la rectora y los profesores han cambiado mucho —sonríe tímido.

Jimin siente ganas de llorar —Lamento no estar, Minsuk.

—No, no te sientas mal, tú siempre estás. No quería ser una carga de nuevo, eso es todo —se acurruca y lo abraza.

—No cariño, jamás serás una carga, nunca. Para mí eres como un regalito, una bendición muy linda —el pequeño alfa deja escapar sus lágrimas.

Minsuk busca su fuente de aroma y se acurruca —Papá odia esto, pero te amo Jimin, eres la mejor mami que pude tener en esta vida.

Jimin deja escapar sus lágrimas de igual manera, besa la cabeza de Minsuk y lo marca con su aroma. Segundos después siente como la respiración del alfa es lenta y se queda profundamente dormido. Toma la prenda que Minsuk le mostró y la deja junto a él y sale de la habitación.

No sabe que pensar ni decir con respecto a lo que Minsuk dijo. Se siente un poco mal, quisiera dar más de que hace, pero no puede. Además, no puede dejar de pensar en Jungkook. Su instinto se inquieta al pensar en él.

—Diablos... —Jimin suspira y siente a su omega gimotear. Toma el celular y envía un mensaje a Taehyung.

Un par de minutos después, recibe la respuesta de su mensaje: "Hola, Taehyung. Perdona que te moleste, ¿sabes algo de Jungkook?"

"Pregúntale tú mismo" —responde con un emoticón sonriente y envía el número del alfa.

Jimin deja caer su cabeza hacia atrás y piensa unos momentos antes de hacerlo. ¿será profesional? ¿Y si se mete en problemas?

Decide no pensar tanto, guarda el número y redacta y borra palabras hasta encontrar las necesarias.

"Hola, Jungkook, te saluda Jimin, no pretendo molestar, espero sigas mejor"

No pasa mucho tiempo y recibe una respuesta.

"Jimin, hola, estoy mejor gracias, que lindo de tu parte tomarte el tiempo para saber de mí, estaba por preguntarle a Junhyun por ti, ¿estás bien?, ¿necesitas algo? Yo puedo ir por ti"

Jimin sonríe.

"Me alegro por ti, estoy bien, gracias, ¿ya estás en casa?"

"Dentro de un par de horas lo estaré, ¿seguro estás bien? ¿Ya estás en casa? Hace rato sentí algo extraño. No dudes en llamar si necesitas algo"

"Perfecto, aquí todo bien gracias. Te dejo descansar, que te mejores"

Suspira deseando no causar molestias.

✧✦✧

Ambos se despiden y Jungkook permanece con una enorme sonrisa en su habitación. Su hermano entra y le saluda —¿Qué sucede? Tienes cara de idiota.

—Come mierda —intenta ocultar su sonrisa.

—Oye, ayer te salvé la vida, no lo olvides, tonto.

—Lo sé, gracias por eso —Junhyun se acerca, frunce el ceño y se queda viendo a su hermano.

—¿Qué?

—Hueles como Jimin.

Jungkook carraspea —Si supongo que algo de su aroma se quedó impregnado.

El alfa achica los ojos —¡Por la luna! —exclama.

—No molestes, Junhyun.

—Oye, entiendo lo que sucede, la verdad lo comprendo. Jimin es un omega muy lindo, he escuchado a algunos doctores decir que han intentado invitarlo a salir, pero él siempre lo niega, Jimin es muy profesional, no habla de otras cosas que no sea por trabajo, anteriormente despedimos a un doctor que intentó forzarlo a corresponderle...

Jungkook se incorpora incómodo, molesto —¿Qué dices? ¿Quién fue el imbécil hijo de puta?

Junhyun sonríe con picardía, pero su rostro detiene una expresión de asombro, es difícil ver a Jungkook en este estado —Cálmate, no seas tonto, no puedes estar enojándote, ya no tienes dieciocho años.

—Junhyun...

—Tranquilo, nuestro interés es tener a los pacientes a salvo, a nuestros médicos y enfermeros tranquilos y cómodos. Lo despedimos y me encargué que no fuera admitido en ningún hospital, ese maldito acosó a otros de mis empleados, pero Jimin fue el único con valor de encararlo.

—Diablos... no puedes permitir que otra cosa como esa vuelva a suceder, menos a Jimin.

—Tranquilo, ahora tengo más comunicación con doctores y enfermeros para saber cómo se sienten.

Jungkook frota su rostro, siente a su alfa extraño dentro de él. Su mandíbula se tensa y solamente quiere salir e ir a donde sea que esté Jimin. La tan sola idea que la esté pasando mal lo pone de mal humor.

Junhyun se pone de pie, da algunas palabras más de aliento para su hermano y sale de la habitación con la promesa de que regresará pronto.

✧✦✧

A la siguiente mañana Jimin se dirigía hacia el hospital, a pesar de tener puesto un abrigo, sentía frío. Diciembre estaba más cerca de lo que parecía.

Tiembla sintiéndose débil. Su nariz estaba muy roja e intentaba soplar algo de aire en sus manos para sentir algo de calor.

De pronto sobre sus hombros sintió un peso, y al voltear nota un saco y ese aroma... café.

Sonríe inconsciente porque su omega deseaba percibir ese olor. Eleva la vista y el rostro de Jungkook aparece frente a él.

—Hola —el alfa saluda—. Hace frío.

—Jungkook, no debes molestarte, yo no... —Jimin intenta quitarse el abrigo del rubio.

—Espera, déjalo. Tienes la nariz roja y tiemblas —le observa preocupado.

—Gracias, pero... ¿qué haces aquí? ¿Te sientes mal? —lleva las manos al rostro del alfa y lo inspecciona.

Jungkook pestañea lento, el toque de Jimin se siente cálido —Ya estoy mucho mejor, no fue nada.

—Tuviste un fuerte ataque, eso no es nada —habla preocupado, lo toma del brazo y lo hace entrar.

Jimin respira sintiendo el aroma típico de hospital, le gusta, de cierto modo lo hace sentir tranquilo. El omega observa las instalaciones y por cómo luce todo parece que ha sido un turno tranquilo.

Aún falta algo de tiempo para que su hora laboral inicie, mentiría al no aceptar que llegó temprano solo para saber del alfa. Se sintió algo nervioso en querer mandar otro mensaje por la mañana para saber cómo amaneció.

—Está algo frío aquí adentro —Jimin comenta.

—Me gusta el frío.

—A mí también me gusta, pero yo no tuve un fuerte ataque —dice y lo hace entrar donde la calefacción está ambientada para los omegas—, puedes tener una recaída, quédate junto a mí, aquí es más cálido —Jimin se despoja de su gorro e intenta quitar el abrigo de Jungkook para devolverlo.

—Consérvalo, te luce bien —suspira, pues su alfa ruge dentro de él. La idea de tener su protector aroma sobre su omega lo hace sentir tranquilo.

—Yo no... eso no —balbucea nervioso.

—Insisto, me sentiré mal si enfermas, por favor.

—Bien —Jimin se sonroja al notar al alfa observarlo con una gran sonrisa.

—Y también traje esto como agradecimiento —tiende una pequeña caja. Jimin niega—. Me sentiré como un idiota, no estás obligado de aceptarlo. ¿Te incomoda?

Jimin achica los ojos, siente la necesidad de calmar las dudas del alfa —¿Le das obsequios a todos tus enfermeros?

—No... —Jungkook sonríe—. Considérate especial.

—No debiste. No es necesario, es mi trabajo y lo hago con mucho cariño.

—Lo sé, pero solamente quiero agradecer.

—Está bien, supongo que gracias. Yo...

—¿Tú...? —Jungkook da un paso al sentir el nerviosismo del omega.

Jimin suspira al sentir el aroma a café cerca de él, habla tímido —Yo también tengo algo para ti, supuse te vería hoy —informa y tiende un pequeño recipiente—. Son galletas, ayer las preparé con mi hermano y no sé solo quería compartirlas y... esto es tonto...

Pareciera que de Jungkook emanara una luz extremadamente brillante —Eso es muy lindo de tu parte, Jimin, gracias —sus ojos parecen tener chispas que hacen sentir calidez en su corazón.

Ambos se sonríen y Jimin nota en el reloj de la pared que faltan algunos pocos minutos para iniciar su turno. Así que se apresura a ir a su casillero y guardar sus cosas —Ya debo empezar.

—No te preocupes yo te espero, además olvidé decirte que vengo con receta para que me inyectes un complejo vitamínico.

Luego de recibir los reportes de los enfermeros del turno anterior. Jimin lleva a Jungkook a una de las habitaciones. Hace todo el procedimiento y el alfa ruega para que el tiempo pase lento. No desea separarse del omega.

—Gracias por todo.

—No hay de qué, lo hago con gusto —sonríe en grande.

—Eres un gran enfermero, Jimin, el mejor que he tenido. Gracias por acompañarme ayer.

Un leve sonrojo cubre las mejillas del omega —Es un gusto.

—Espero no darte esos gustos tan seguidos.

—Igual yo, en realidad espero mejores —sonríe tomando una paleta para obsequiársela—, hoy estuviste genial.

Jungkook tuerce los ojos con una enorme sonrisa en su rostro —Tengo al mejor de todos, ¿qué más puedes esperar?

Jimin estaba por decir algo, pero el sonido del celular del alfa interrumpe demostrando el nombre de Hoseok en la pantalla.

Responde y es para informar sobre algunas cuestiones que se habían complicado del trabajo, Hoseok suponía que Jungkook estaría en responso, pero se equivocó.

—Espera iré de inmediato, esos malditos hijos de puta... creen que porque enfermé pueden aprovecharse de nosotros —la voz de Jungkook se hizo tensa y su olor se volvió un poco amargo. Jimin observó atento, carraspeó preocupado al notar el leve temblor en su mano desocupada.

Jungkook voltea a verlo y este le sonríe, su rostro se relaja notablemente, Jimin se acerca señalando una silla, necesita calmarlo teme que tenga una recaída. Su instinto de omega se activa dejando salir su aroma, necesita tranquilizar a su alfa.

Jungkook queda en silencio, pestañea lento y pesado, siente cómo las notas del olor a galleta lo rodean, puede percibir cada ingrediente, el aroma a vainilla, el chocolate y la canela. Solamente es capaz de sonreír en grande.

La voz de Hoseok suena a través del alta voz. Jimin lo observa con preocupación, después de que Jungkook corte la llamada —¿Te encuentras bien? —pregunta.

—Mejor que nunca, gracias —Jungkook sonríe con ternura, puede escuchar al omega de Jimin gimotear en su pecho, es más siente cómo su lobo se acerca al pelinegro olfateando su cuello, está completamente seguro que ambos mueven la cola repleta de felicidad.

—Me alegro.

—Vendré a verte más tarde, ¿tienes horario para comer? —inquiere—. Creo que podríamos almorzar algo de sopa, hace frío.

Un leve sonrojo vuelve a cubrir el rostro de Jimin —No creo que eso pueda ser posible, el doctor Junhyun...

—Está de acuerdo, no te preocupes. O bien podría llevarte al final del turno a comer, sería esperar mucho tiempo para mí, pero lo soportaré —vuelve a sonreír.

Jimin parpadea —No puedo, tengo que llegar a casa con los chicos.

—¿Tus hermanos?

Jimin deja escapar una sonrisa —Exacto, mis hermanos. Tengo tres, son menores y se podría decir que yo estoy a cargo.

—Bien, ¿y si voy a tu casa y llevo algo de comer para todos?

Jimin carraspea incómodo, su aroma se vuelve algo extraño, Jungkook frunce el ceño viendo la reacción de su omega, del cómo juega con sus dedos y se muerde el labio inferior con nerviosismo.

—Creo que será mucho tiempo para esperar, así que vendré hoy en el almuerzo y en la cena, ¿te parece bien?

—Jungkook...

—Estaré ansioso. Dentro del abrigo tengo un pequeño obsequio, espero te guste, mantente abrigado, Jimin, te veré al rato —sonríe dejando parado al omega.

Jimin introduce la mano en el bolso del abrigo, saca una bufanda. Sonríe feliz, le encanta ese color. La rodea en su cuello y siente el potente aroma de Jungkook.

El día del omega transcurrió tranquilo, atendió a los pacientes, los auxilió cuando fue necesario y acompañó a una pobre omega que llevó a su cachorro con altas fiebres.

Todos parecían amar a Jimin, su dulce aroma les daba tranquilidad, pero el pelinegro no se daba cuenta de que su ser era tan atrayente.

Esperaba con ansia la hora de la comida. Justo antes llega un paciente en camilla, un alfa que se accidentó intentando andar en moto. El omega pasaba por la sala cuando uno de los doctores de turno lo llama con otras enfermeras, una omega y la otra alfa.

Jimin y la omega dan un paso atrás al percibir el fuerte aroma a celo del alfa. El doctor les dice que deben apresurarse porque tiene algunas fracturas y un fuerte golpe en la cabeza. Aún así, el alfa no está inconsciente.

El doctor pide a Jimin tomar su presión mientras los demás cortan la ropa para ver mejor las heridas.

El alfa fija su vista sobre Jimin y emite un leve rugido, aún en esa situación toma con fuerza la mano del omega y lo acerca para olfatearlo. Los compañeros de Jimin se asustan y el médico intenta acercarse, pero el alfa toma del cuello a Jimin arrancando con brusquedad la bufanda.

—Señor, por favor, cálmese.

—Omega... quiero, quiero tenerte entre mis piernas.

Jimin forcejea e intenta zafarse, llora cuando el alfa entierra su rostro en cuello e intenta besarlo —Alto, basta —intenta golpearlo.

Los demás omegas se asustan buscando ayuda en el doctor, el aroma del alfa es espeso y gruñe. Jimin siente que los dedos del alfa quedan marcados en su cuello.

—Basta, deténgase, por favor —sus lágrimas se derraman, el miedo lo invade, pues le es difícil respirar gracias al denso aroma del alfa. De pronto un fuerte gruñido se escucha detrás de ellos.

El alfa ejerce más fuerza y Jimin chilla, escucha un quejido y el alfa lo suelta y lo único que es capaz de sentir es cómo los brazos de Jungkook lo rodean, el alfa lo resguarda en su cuello y Jimin pone sus manos sobre su pecho sujetando fuerte sus prendas de vestir, siente asco el olor del otro alfa que está sobre él.

Jungkook susurra algo y posa una de sus manos en la cabeza de Jimin para resguardarlo y la otra en su espalda baja.

Da una mala mirada a todos y el alfa en la camilla intenta pararse, tiene la nariz ensangrentada gracias al golpe que Jungkook le propinó.

—Ya cariño, respira —Jungkook susurra. Jimin hipa tembloroso—. Ven salgamos de aquí.

Lo ayuda a caminar, pero Jimin no se despega de su cuello, se encuentra con su hermano quien los guía a una habitación, él luce sumamente preocupado. Intenta acercarse, sin embargo, Jungkook niega.

Él entonces llama al omega, necesita revisarlo. Pero Jimin no se despega. Jungkook deja salir su aroma para intentar calmarlo. El rubio puede odiar muchas cosas en su vida, pero el ver a Jimin sufrir está en el primer lugar de su lista.

—Jimin —llama, se sientan en una camilla y el omega se queda apegado a su costado.

—Él... él... —vuelve a llorar.

—Ya, cariño, no llores, necesito ver si estás bien, ayúdame con eso —pide intentando sacarlo de su cuello.

—Él quiso morderme, Jungkook —Jimin al fin habla y lleva su mano a un lado de su cuello. Hay un par de rasguños—. Él iba a morderme. Me salvaste —llora desconsolado.

Jungkook le da una fuerte mirada a su hermano, él sabe a qué se refiere, así que sale para controlar la situación y los deja solos. Cuando Junhyun sale, Jimin suspira, aún está tembloroso. Se incorpora con ayuda del alfa. De inmediato Jungkook saca un pañuelo y limpia su rostro.

—Ya pasó, respira —Jimin obedece y toma fuertes bocanadas de aire—. Tranquilo, todo está bien, estás a salvo, ¿necesitas algo? —Jungkook acaricia su rostro, temía ser invasivo, pero Jimin parecía más tranquilo y dócil bajo su toque.

El pelinegro no dice nada, solamente busca su calor dejándose caer en su pecho. Es imposible para él dejar de llorar, hace tanto que no lo hacía que parecía que tenía muchas cosas acumuladas y ahora están saliendo como cuando un río se desborda.

Jungkook lo sostiene fuerte, dejándolo ser, lo consuela hasta que se tranquiliza y en el momento justo busca su rostro y le sonríe.

—Lo siento —Jimin intenta separarse. El rubio niega y eleva su mano limpiando las lágrimas que siguen corriendo.

—Déjame revisarte —el alfa pide, el ojiverde ladea la cabeza con vergüenza y ve la piel enrojecida y dañada. Jungkook se da la vuelta y toma un botiquín que hay en cada habitación con vendajes y el líquido especial para lavar heridas. Pide permiso a Jimin y le ayuda a limpiar y vendar.

Jimin sigue hipando —Ya está, lo haremos con cuidado.

—Gracias, yo lo lamento tanto...

—No fue nada, ¿todo bien? —pregunta y extiende su mano para revisar si hay alguna otra herida.

—Yo no hice nada, lo juro, él solo me tomó y...

—Jimin, tranquilo, nadie te está culpando de nada, ese alfa estaba en celo. Si salió en ese estado fue muy imprudente de su parte y haremos algo para que no se repita.

—Gracias, solo me asusté, aún siento ganas de vomitar —Jungkook le tiende una botella con agua y abre la tapa.

—Aguarda... —Jungkook asoma la cabeza en la puerta y Jimin no puede escuchar lo que habla gracias al dolor de cabeza a causa de tanto llanto—. Toma esto —el alfa le da un par de pastillas—. Vendrán a dejar algo de ropa para que cambies esa y se irá directo a la basura.

—Gracias, lamento causar tanta molestia. ¿Todos los demás están bien?

—Sí, no te preocupes, todos están bien.

—De acuerdo, eso es un alivio.

Segundos después la puerta es tocada y Jungkook es quien recibe la muda de ropa. La da a Jimin y este se dirige al espacio que es especial para poder cambiarse.

El omega sale y deja caer la ropa en el cesto de basura. Hace mala cara y se pone pálido.

—¿Qué te sucede? —Jungkook llega a su lado.

—Aún siento su olor, lo odio —Jimin traga fuerte.

Jungkook suspira y lleva sus manos sobre los hombros del omega —Puedo marcarte con mi olor, eso solo si tú quieres.

Jimin se pone completamente rojo, asiente tímido —Me gusta tu aroma.

—Bien, ven aquí —pide, Jimin da un paso adelante permitiendo que Jungkook se acerque dejando salir su aroma mientras él frota su rostro sobre el rostro del omega.

Sonríe cuando lo escucha suspirar y ronronear. Lo escucha dar una pequeña disculpa, entonces se percata que Jimin pestañea pesado, sus ojos empiezan a cerrarse.

—Tengo sueño, Jungkook.

—¿Quieres recostarte un poco? —pregunta señalando la cama. Jimin asiente. Jungkook lo ayuda a acomodarse, se acerca y quita los cabellos en su rostro.

—Si gustas puedo llamar a uno de los omegas para que te acompañen.

—No, ¿puedes quedarte, por favor? —Jimin balbucea y toma una de las manos del alfa cerca de él y se queda completamente dormido. Con cuidado el alfa toma uno de los pequeños sofás que están en la habitación que sirven para que los visitantes descansen. Se acomoda frente a Jimin y con la mano desocupada se atreve a peinar su cabello para dejar su rostro libre.

Suspira preocupado al ver las ojeras en su rostro. Sus labios están algo secos, así que promete para sí mismo venir cada día a acompañarlo a comer. Junhyun le informó que es extraño verlo descansar, él le habla y manda a ingerir algo, pero Jimin siempre dice que no tiene hambre o que ya ha comido.

—Yo voy a cuidar de ti. Te lo prometo, cariño.

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